Mercado Laboral
Mercado
Laboral
Generalmente
es aceptada la idea en torno a que, los mercados laborales conservan su gran
significado, cuando permiten estudiar el comportamiento de los oferentes y de
los demandantes de trabajo. Es decir, a mayor oferta de empleo, menor será el
número de personas desempleadas, por el contrario, a menor oferta de empleo
mayor será el número de personas buscando empleo.
En este
sentido, de acuerdo a como se presente la situación, se precisarán de acciones
y reacciones, sobre ciertas decisiones, afectando de alguna manera, a los
empleadores y en otros, a los empleados. Con respecto a las acciones y
decisiones que podrían afectar a uno u otro agente económico, será necesario
evaluar, por ambos interesados: el perfil del puesto de trabajo ofertado o del
demandante, el salario, los beneficios del empleo ofertado, las condiciones
relacionadas con el empleo (lugar, tiempo de traslado y acceso, más gastos de
transporte), pero, quizás, lo más importante, las competencias que posea el
trabajador: conocimientos (información que posee el
individuo sobre áreas específicas relacionadas con el cargo),
habilidades y destrezas (capacidad u oportunidad para desarrollar ciertas tareas
físicas o mentales), motivación (Intereses de la persona o lo que desea),
concepto propio o de sí mismo (actitud, confianza, seguridad, etc.), Características (Físicas
y respuestas consistentes a información), entre otras, como las relaciones
interpersonales que pueda lograr.
Por otra
parte, del mismo modo que, los empleadores trataran de optimizar los aportes de
los contratados a la organización, los empleados trataran de maximizar la remuneración que reciban,
esta debe ser importante para asegurar una mayor satisfacción. Esto no es
nuevo, durante años o, desde siempre el ser humano ha luchado por mantener su
subsistencia y mejorar su nivel y calidad de vida.
El hecho
más sobresaliente, en el mercado laboral, con
el nacimiento de la era de la información, es la oportunidad de optar
por esa nueva modalidad de contratación, denominada teletrabajo, trabajo 3.0 o trabajo
líquido, tendencia que plantea una forma diferente de las relaciones laborales,
donde se impone la flexibilización del tiempo y del lugar de trabajo,
completamente diferente, a los antiguos esquemas, caracterizados
esencialmente sobre una relación entre empleador – empleado, dependiente -
subordinado, con horarios rígidos, relación entre salario-empleo, entre otros, y
que a diferencias de generaciones anteriores, las actuales, tienden a rechazar,
terminando por imponerse la flexibilización del tiempo y del lugar de trabajo,
pero además, cambiando a planteamientos exclusivamente económicos, y nuevas
formas de contratación, donde tienden a prevalecer las necesidades de la
organización y las competencias del empleado.
En esta
nueva tendencia, el trabajador individual y organizado, depende de su capital
intelectual, lucha por alcanzar unos honorarios económicos, conformes a sus
competencias y a su satisfacción personal, como también, tener la garantía de
que logrará un mejor nivel y calidad de vida.
Hasta
ahora, he concebido el teletrabajo, trabajo 3.0 o trabajo líquido, cuando un
trabajador actúa libremente, no significando esto, la falta de compromisos con
alguna institución u organización. No obstante, un trabajador puede trabajar
desde su casa, o estar ubicado en algún otro lugar, y estar cumpliendo sus
actividades laborales para una organización o institución determinada, bajo
subordinación de un empleador, pero, con horario flexible, presentando
continuamente, resultados sobre la gestión realizada.
Quizás,
para una organización, sea manejable delimitar el ámbito de aplicación,
planteado en esta modalidad de empleo, así como también, podría ser para el
propio trabajador, sin embargo, prevenir las consecuencias para uno u otro, es
lo que no parece sencillo, considerando los muchos desenlaces, algunos de ellos
inesperados y, que puedan presentarse en las acciones de los individuos. Otro
punto, conexo con el anterior, es el de la participación en un mercado global,
en lugar del nacional y, las cualidades competitivas que pueda tener el
trabajador.
Por otra
parte, si bien, este planteamiento puede presentar una variedad de
oportunidades para el trabajador competente e individualmente organizado, no es
menos cierto que, las mismas dependerán del movimiento positivo, de las potencialidades
y crecimiento de la economía del mercado, en caso contrario, el trabajador
puede ver amenazada su estabilidad y seguridad, no sólo la presente, sino la
futura, viendo comprometida su economía, transformando sus expectativas iniciales
y fundamentales, en su emprendimiento.
En
términos generales, los trabajadores que siguen esta modalidad, deben
aprovechar de reunir toda la información que tenga a su disposición, mantenerla
actualizada, ser perseverante en el desarrollo de sus competencias y
reflexionar sobre el valor que, para el
mercado representan, estando consciente de que tomar decisiones se convierte en
una actividad diaria, pero, lo más trascendental, muchas veces impredecible.
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