Un
enfoque es el principio fundamental de una persona para argumentar y explicar
una situación sobre un contexto social u organizacional determinado, supone un
caudal de información inmenso, considerando
un conjunto de proposiciones sobre diferentes escenarios, una forma de analizar
o examinar perspectivas diferentes, en algunos casos paradójicas para el grupo
de expertos participantes en las deliberaciones, quienes deberán orientar acciones
y/o decisiones en la resolución de problemas.
En
el estudio de la evolución de la administración, importa destacar, primeramente,
la emergida de los estados burocráticos, como Iglesia Católica Romana, las
organizaciones militares y los Cameralistas, caracterizadas por su estructura piramidal,
la autoridad y el interés en las funciones administrativas, convencidos de que
una administración sistemática y universalizando sus técnicas, contribuían al
logro de sus objetivos.
Los
enfoques o puntos de vistas para orientar acciones y las decisiones en la resolución
de problemas se han diversificado. Es evidente que cada gerente, administrador o
gestor ante la misma problemática, pueden asumir comportamientos diversos, contrarios
u opuestos a los de otros, producto de los
criterios que en cada uno de ellos predominen y en la que se sustentarán, algunos
de ellos, tal vez, propensos o apegados a la aplicación de creencias lógicas y razonables, siguiendo teorías
fundamentales y convencidos de que sus decisiones serán más efectivas de esa
manera, y otros por el contrario, por conocimientos innatos o aprendidos, por
experiencia o contrastando y analizando casos rales.
De
todos modos, importa examinar e identificar claramente los distintos enfoques, las
distintas escuelas, sus teorías fundamentales y conceptos, manifiestas durante los
procesos administrativos, en ese sentido, de acuerdo con los criterios predominantes
en cada sector, a continuación, se expone un resumen de cada escuela.
En
el primer grupo o sector, las Escuela de la Administración Científica, de los
Procesos Administrativos, la Empiriológica de Ernest Dale y la Burocrática de Max
Weber. El criterio predominante en la Escuela
de la Administración Científica fue incrementar la productividad minimizando el
uso de recursos y mejorando las habilidades de los trabajadores. En la Escuela de
los Procesos Administrativos, se dirigió la atención al Desarrolló y
Sistematización del Comportamiento, así como por las cualidades del
administrador, convencidos de que esto era indispensable para una gestión eficiente
y eficaz. La Escuela Empiriológica de Ernest Dale se fundamentó en la
experiencia producida en el medio operativo, el análisis de casos reales y el
enfoque comparativo (el benchmarking), básico para tomar decisiones,
finalmente, la Escuela Burocrática de Max Weber, donde se estableció con toda
precisión y detalle los elementos de la organización formal: jerarquía,
supervisión y la creación de normas claras y concretas en el buen proceder
administrativo.
En
el segundo sector, se pueden identificar dos Escuelas, la del Comportamiento Humano
y las del Sistema Social. La primera hizo énfasis en el comportamiento humano, su motivación,
cómo el sentir, reacción y actuación, repercute en su desempeño dentro de la
organización. Elton Mayo, Hugo Münsterberg y Mary Parker
Follett son mencionados como los principales exponentes de esta escuela, como
aportes destacaba el primero la importancia del trabajador en la participación
en grupos sociales, el segundo, consideraba la necesidad de encontrar las
personas más aptas para el trabajo y la tercera, afirmaba que si bien todo
conflicto es un obstáculo a la coordinación, no es menos cierto que es una
oportunidad para buscar soluciones beneficiosas para el trabajador y la organización.
La Escuela del Sistema Social se caracterizó por el énfasis en las relaciones interculturales,
en identificar los diferentes grupos sociales, su comportamiento e integración,
básico en la cultura de una organización.
Por
otra parte, en el tercer sector, la Escuela de la Toma de Decisiones y la Escuela
de las Matemáticas o Ciencias Administrativas. La primera, concentrada en las
decisiones racionales, la creación de herramientas matemáticas que facilitaran estimar
las perspectivas de las organizaciones, la selección entre varias alternativas
de un curso de acción para la solución de problemas, y la segunda, enfocada y apoyada
en los avances de las ciencias logísticas, en el uso
de modelos matemáticos y estadísticos aplicados a la Administración; y por la conjunción
de disciplinas en la solución de problemas administrativos.
Finalmente,
el cuarto sector, la Escuela Estructuralista, Escuela Situacional o Contingencial
y la Escuela de Sistema. La escuela estructuralista se orientó a contemplar las
relaciones entre las unidades productivas y el sistema social, esencialmente
prestar atención a los aspectos derivados de la autoridad y la comunicación. La
escuela situacional o contingencial, marca una diferencia importante en el accionar
del administrador, si bien esta es esencial en ambos casos, en la primera este responde
de acuerdo con la circunstancia que se le presenta, mientras que, en la segunda
el administrador es más activo y se adelanta a tomar una decisión.
Dentro de
ese marco de referencia, en mi opinión, las denominaciones precedentes
constatan lo acontecido en el desarrollo de la disciplina de la administración,
observando que no existe una forma única que obedezca a una aplicación rígida,
todo dependerá de la diversidad de acontecimientos y circunstancias, las
cuales, tenderán siempre a ser diferentes y cambiantes, propiciando e
impulsando la aparición de las distintas escuelas, que no obstante existir
ciertas discrepancias en sus enfoques, todas se complementan y suplementan.
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